SIDA y enfermedades de transmisión sexual

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La llegada de la primavera después del largo y frío invierno, despierta en humanos y muchas otras especies, un plus de deseo y un sano incremento de las relaciones sexuales , lo de  “la primavera la sangre altera” como se suele decir. Es un momento idóneo para recordar “algunos conceptos”,  porque cabe  la posibilidad que un acto tan agradable y hermoso  acabe en un infierno por haber estado con la guardia baja. Las enfermedades de transmisión sexual son un tema del cual  no gusta hablar mucho y  del SIDA menos, y unos y otros nos limitamos solo a hablar del SIDA  el día 1 de Diciembre ( Dia del SIDA ) y poco mas.  A mi parecer estas enfermedades deberían suscitar mas debate el resto del año.

El SIDA es el enemigo a batir.

La verdad es que aunque el SIDA no sea la única enfermedad de transmisión sexual, la aparición del SIDA allá por los años 80 marcó un antes y un después en este apartado.

Hasta entonces la enfermedad de transmisión sexual mas temida era la  sífilis, aunque las mas frecuentes e incidentes eran las gonorreas  y clamidias así como los  herpes genitales. Todas estas enfermedades habían causado preocupación en el plan sanitario durante siglos  pero cuando  apareció el VIH, virus responsable del SIDA, la mayor parte de ellas se podían tratar correctamente en base a un buen diagnostico medico y/o antibióticos. Al poder ser tratadas y curadas, se generaba una cierta seguridad,  y muchos individuos sintiéndose seguros no usaban preservativos en sus relaciones sexuales “de riesgo”. El uso del preservativo entonces no era muy frecuente y era sobretodo un método anticonceptivo. Conclusión: al representar poca alarma, en los años 80 se había perdido la noción de protección contra las enfermedades de transmisión sexual porque estas enfermedades ya no daban miedo, máximo un poco de vergüenza .

La violencia con la que apareció el SIDA y  su virulencia empujó a la humanidad a tomar de repente muchas más precauciones en sus actos sexuales. Fue como un hachazo contra el “amor libre” de aquellos años. Se impuso el uso del condón, el gran olvidado durante muchos años, y muchas precauciones higiénicas. Fue la correcta respuesta ante una tremenda amenaza que no tenia ninguna solución por aquel entonces. Una consecuencia que pasa  inadvertida es que al protegerse de la amenaza del SIDA , conseguimos de paso protegernos de todas las otras enfermedades de transmisión sexual, y que la incidencia de estas bajó mucho.

No obstante, en el mundo, y en especial en el de la salud los cambios son constantes. Desde el éxito de los tratamientos antiretrovirales que solucionan en parte la enfermedad del SIDA, mi impresión es que la noción de” necesidad de protección” ante esta enfermedad ha bajado, y que ya no se oye tanto la necesidad de prudencia y protección en los medios. Volviendo a lo de antes, como ya no da tanto miedo, para que protegerse?  Para mi, la causa de esta dimisión  hay que buscarla en  la confusión que existe sobre la curación del SIDA.

La cruda realidad es que el  SIDA sigue sin curación. Cierto, se han echo avances y magnificas descubiertas científicas que ayudan a mantener el VIH  latente en el organismo sin que llegue a provocar SIDA, ralentizando en cierta manera el avance de la enfermedad (los medicamentos evitan que la enfermedad se desarrolle pero no la curan). Pero ojo, esto es a copia de un tratamiento de por vida,  costoso en el plan económico, costoso en el plan humano, con desagradables efectos adversos y con pacientes “esclavizados” de por vida a tomar su tratamiento. La realidad que deberíamos oír mas, es que  todavía  no hemos descubierto la vacuna que nos aleje de esta plaga y que esta adversidad esta lejos se ser vencida.

Mientras, en la calle, hasta que no se transmita un mensaje mas contundente, la sensación que se genera (errónea)  es que este tema … esta superado, pan comido. Los nuevos medicamentos lo pueden todo.

El ejercicio diario de nuestra profesión  nos indica que los métodos  de protección se deben estar cumpliendo otra vez menos ya que  poco a poco vuelven a aparecer las “viejas” enfermedades de transmisión sexual. Si usamos este dato como “termómetro” de nuestra capacidad de protección ante las enfermedades de transmisión sexual, esto sería una mala noticia de cara a la posible transmisión  del  VIH.  Si no estamos  tomando todas las precauciones contra unas enfermedades” benignas” que muestran rápidamente sus síntomas, es que  tampoco las estamos tomando contra LA gran enfermedad de transmisión sexual por definición, el SIDA .

Mi opinión es que debemos reaccionar urgentemente. No podemos bajar  la guardia ahora como se había bajado en los años 80 con las otras enfermedades de transmisión sexual. Porque esta vez la epidemia no esta vencida, diferencia muy importante respecto a la década “hippy” cuando el enemigo del sexo eran enfermedades curables.

He de insistir en que se deben  tomar todas las precauciones en las relaciones sexuales de riesgo ( uso indispensable del condón) , y ademas, se debe apelar a la responsabilidad. Las personas que practican sexo de riesgo ( parejas no estables, penetración anal….), a parte de usar precauciones, deberían afrontar de forma  responsable un test rápido de detección de SIDA. Hoy en día se pueden comprar pruebas rápidas domesticas de diagnostico de anticuerpos anti VIH1/VIH2, que permiten realizar el test en casa, en la intimidad. Esto permite obtener información real sobre la posibilidad de ser o no ser un transmisor involuntario de esta  enfermedad.

Ánimos, gracias a la posibilidad añadida de realizar el test de forma tan fácil, ponerle barreras al VIH se basa en una cuestión de voluntad y responsabilidad.

Y recordad siempre: sexo seguro=uso del preservativo.

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